lunes, 28 de enero de 2008
Die Sonne
Varias semanas en Alemania me llevaron a comprender la importancia de recibir la luz del sol cada día. Especialmente de poner la cara en dirección a él, cerrar los ojos, y absorver la mayor cantidad de calor posible.
En los días grises, que podían durar más de una semana seguida, decidí jugar con el sol en cuanto tuviese la oportunidad. Así, cada vez que el sol salió, perfeccioné un procedimiento que pasaré a explicar a continuación.
En primer lugar, usando solo dos dedos, preferentemente el índice y el pulgar, se toma al astro por uno de sus rayos. Luego se lo coloca en el cielo, muchas veces es conveniente utilizar algunas nubes de relleno para lograr la mística atmósfera del atardecer. A continuación, luego de rastrear algún objeto bonito como una persona, alguna torre de castillo, o simplemente una montana común y corriente, se procede a ubicarlo entre el sol y uno mismo. Así, se produce un destello de luz que duele un poco. Al cabo de unos segundos es posible levantar la vista y ver como aquel objeto se sonríe entre las cosquillas de luz.
Lo más increíble es la sonrisa que a uno mismo se le dibuja en la cara. Una sonrisa como la tuya.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pensar que acá llegamos al punto de quejarnos del sol...
FEBO, gracias por tanto, perdón por tan poco. =P
Publicar un comentario